Los sólidos platónicos son el tetraedro, el cubo (o hexaedro regular), el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro. Esta lista es exhaustiva, ya que es imposible construir otro sólido diferente de los anteriores que cumpla todas las propiedades exigidas, es decir, convexidad y regularidad.
El origen de los sólidos platónicos como elemento para ser
estudiado por las matemáticas se halla sin duda, en la
antigua Grecia. Son
los griegos quienes por primera vez entienden que esos
poliedros han de
ser estudiados. Sin embargo para que cualquier cultura se
plantee
estudiar algo en un
determinado momento de su historia, tienen que
conocerlo con anterioridad, e incluso, con mucha
anterioridad. Y este es,
en concreto, el caso de los sólidos platónicos.